26 de noviembre de 2014

Adan y Eva

Ayer vi Adan y Eva. Lo veo siempre. Y ya he leído dos entradas sobre este programa en otros blogs, pero es que yo también necesito hablar del tema.

Qué vergüenza, madre mía. No se salva ni uno, en serio. Ayer, un negro con rastas y ojos verdes (yo creo que falsos) que, calladito, daba el pego pero cuando hablaba te entraban ganas de pegarle.

Las chicas, dos andaluzas, a cual más lista que, lo mismo, monísimas, pero calladitas. La mejor frase la soltó una de ellas en un par de ocasiones: "Una mujer no es completa hasta que un negro no se la meta". En serio? Y eso lo dices por la tele? Estando en pelotas delante de un negro? Y vosotros diréis, qué hizo el negro? Se la metió? Pues no!! El tío se limita a babear diciendo que eso es lo más bonito que le han dicho... Os lo juro.

Otra frase para recordar la soltó el negro, después de que ellas tuvieran la genial idea de hacerle saltar a la comba. Ellas lo hicieron por lo que lo hicieron, porque se ve que no habían visto un negro desnudo en su vida, y el tío era medio tonto, pero eso a ellas les daba lo mismo. Y dice: "Si el mundo saltara más a la comba, todo iría bastante más mejor". Ahí no apagué la tele... Pues no sé por qué! Porque eso es lo que debería haber hecho España entera: apagar la tele!


Para darle más morbo al asunto, una de las chicas se confiesa bisexual y reconoce tener más ganas de conocer a la otra que al negro. La otra, cuya ilusión y aspiración máxima en la vida es casarse, no quiere quedarse atrás y reconoce, entre risitas, haber tenido un sueño lésbico. No en serio, a estas de dónde las sacan?

Ah! Y no os he contado... El negro dice ser percusionista, cantante y bailarín. Y hace una demostración. Que tú te quedas con una cara, pensando: "menos mal que no estoy ahí teniendo que disimular la vergüenza que me está dando el colega, pobre chica." Y ella, a solas con el cámara: " Espero que tenga bailes mejores que ese..." La tía lo pasa mal pero se lo merece, porque es ella la que empieza con una demostración de capoeira. Pa' matarlos.

Al final, el momento de la decisión. El chico tiene que elegir a una. Y aquí todos dicen lo mismo: "Es la decisión más dificil de mi vida, he estado dudando hasta el último momento". Que yo diría: "Perdona? Pues yo, si no lo tienes claro paso! O me dices que lo has sabido desde el principio o conmigo no cuentes, no me jodas". Pero debo ser la única que lo ve así, porque nunca dice nadie nada.

Menos mal que al final triufó el amor. Y el chico escogió a la que quería una familia,  porque curiosamente eso era lo mismo que quería él. Yo creo que ella lo que quería era dejarle justo después de convertirse en una mujer completa... Pero  a mí no me hagáis ni caso...

23 de noviembre de 2014

Sábado noche

Llego ya nerviosa. Hoy hay una mesa de 20, más los que quieran venir a cenar. Y estamos solos! Y empiezo ya con la cocina llena de platos del mediodía. Ainsss.

Cojo el primer plato y... "Telma! Hay que hacer las cremas catalanas!!" Hostia, es verdad! Tengo que hacer 20 cremas catalanas y no tengo ni idea... Ainsss.


No parece muy difícil, total, se trata de mezclar la leche y los polvos, dejar que hierva y ponerlo a enfriar. Eso lo puedo hacer yo, ya ves tú, creo que sé hervir leche y remover... A ver... Así... Qué líquido queda, no? Será normal? Joder, tengo que empezar con la cocina ya... Yo lo pongo en veinte tarrinas y lo meto en la cámara, fijo que ha salido bien. Ainsss.

Vale, ya está todo recogido, me pongo con las patatas. Pela, corta, fríe, pela corta, fríe... "Necesito cinco ensaladas de queso de cabra!!" Oído!! Me siento en Top Chef. "Telma, tú qué crees? Hacemos los chipirones?" Y yo rezo para que diga que no... Pero resulta que hay que limpiarlos y dejarlos preparados por si acaso. Ainsss.

Y echo un vistazo a las cremas catalanas y no espesan. Pero ni de coña. Parece zumo de crema catalana. Ainsss.

"Ha venido una mesa de cuatro. Dos ensaladas y una paletilla, el resto es mío. Y los veinte ya están aquí." Ya están aquí, madre mía, y yo sólo pienso en las putas cremas catalanas, tengo que solucionar eso. Mientras pienso cómo, preparo lo que me han pedido. Ainsss.

Entro a la cámara con una olla y vacío todas y cada una de las malditas cremas en ella. Lo voy a poner a hervir otra vez y, si no espesa por las buenas, espesará por las malas! Si es necesario le pongo harina. Ainsss.

Remuevo y remuevo y remuevo. No hay que parar de remover, pero el puto zumo de crema catalana no quiere hervir. Estoy perdiendo la paciencia. Ay... Ay... AYAYAYAYAY!!! Mierda!! La he liado parda... Se me ha salido... Ainsss.

Algo ha quedado en la olla y le he añadido harina, pero no espesa oye, que invento es este?! Y tengo cosas que hacer, no paran de subir platos y cacharros sucios y ya, a la hora que es, voy a tener que pensar en un postre alternativo?? Necesito a alguien que venga a remover... Llamo al camarero, que es un encanto, y se queda removiendo. Ainsss.

Friego mil platos y pregunto: espesa?? No. Friego quinientas bandejas y pregunto: espesa?? No. Friego sartenes y tres mil setecientos cuarenta y dos cubiertos y pregunto: espesa?? Un poco. Gracias a Dios!! Ainsss.

Vuelvo a poner la crema, un pelín más espesa que antes, en las veinte tarrinas. Y las meto en la cámara. No tengo ni idea de si van a quedar bien, estoy del temita ya... Y encima acabo de recordar que antes de servirlas habrá que quemarlas... Pienso en que si algún día alguien me regala un restaurante le voy a decir que no, gracias. Ainsss.

"Necesito las fritas!! Y creo que son pocas!!". Por un lado, frío las que tengo pochadas y me sorprendo a mí misma de lo rápida que voy pelando y cortando para freir más. Hombre, no todo lo voy a hacer mal... Y ya tengo los cacharros para quemar las cremas (que no sé cómo se llaman) en el fuego. Cuajarán las cremas? Me da miedo comprobarlo... Ainsss.

"Vas quemado las cremas catalanas, por favor?" Sí... Claro... Voy... Entro en la cámara... Sí!! Ahí están, cuajaditas!! Soy la puta ama!! La reina del universo!! Esa Telma, cómo mola, se merece una olaaa!!

Ya hemos terminado y mi amor me dice: "Sabes? Nos han felicitado. El grupo de veinte han quedado contentísimos." Y me he sentido orgullosa. Vamos a ver, yo sé que él ha hecho casi todo el trabajo, pero joder, yo me lo he currado. Ya sólo con las cremas catalanas... Esto tampoco se lo vayáis a contar a nadie, eh? Que yo sé que la que he liado para hacer un postre de sobre no es normal... Pero el caso es que han salido, no? Ainsss.

Acabamos la noche con un par de cubatas y unos cuantos amigos, riendo y cantando, para variar. Hace unas horas no quería un restaurante ni regalado, ahora pienso que podría acostumbrarme a esto. Ainsss.

19 de noviembre de 2014

Ay mi niño...

Ains, mi niño está malito. Nada grave, parece una simple amigdalitis, pero no por eso deja de ser un rollo ver a tu hijo pasarlo mal.

No puedo quejarme, es un niño fuerte y ha estado efermo poquísimas veces. Y nunca nada grave. No padece de ninguna afección de las típicas, ni asma, ni bronquitis crónica, ni alergias ni nada de nada. Y ha pasado cursos enteros con 0 faltas de asistencia. Por eso, cuando se pone enfermo siempre me pilla desprevenida.

Ayer me dijo como setecientas treinta y siete veces que le dolía la garganta. Y yo, las tres primeras, pensé: "ay pobre", pero las setecientas treinta y cuatro veces siguientes lo que pensé fue: "qué pesaoo". Total, que cuando se ha levantado esta mañana con las amígdalas como dos pelotas, me he quedado en plan: "Con lo pesao que es pa unas cosas y de esto no me dice na?!"

Entonces, el dilema: le llevo al cole? No tenía fiebre, pero y si le subía la fiebre en el cole? No me lo iba a perdonar nunca a mí misma... Pero, y si lo dejaba en casa y estábamos todo el día "me aburro, me aburro, me aburro..."??? Es que un niño aburrido es jodido, pero el mío en concreto cuando está aburrido es para matarle.

En fin, no le he llevado al cole pero hemos ido al medico. Era pronto y yo lo sabía. Estaba claro que iba a decir: "Aún no se ve nada, está un poco rojito... Hay que esperar". Pero yo tenía preparada una respuesta: " Por supuesto, hasta que no vea pus no le daré nada más que ibuprofeno, pero si es usted tan amable de hacerme la receta del antibiótico, me ahorraría un viaje". He de confesar que no tenía ninguna fe en que mi plan funcionara, pero pensé que así era menos rato en casa aburridos. Y contra todo pronóstico, volviamos a casa con una garganta roja y una receta de antibiótico por si acaso, toma ya!

Y así hemos pasado el día entre "me aburro" y "vaya rollo" y "jo qué hago" y "a qué jugamos mama?". Y la fiebre no ha subido hasta por la tarde, como siempre!! Que yo no sé en qué pensaba esta mañana!!

Ahora viene lo mejor: controlar la fiebre por la noche, y termómetro y jarabe y termómetro y agua y termómetro y jarabe y así sucesivamente. Y mañana, a ver si ya tenemos pus...

13 de noviembre de 2014

Falta de concentración




Creo que en las tostadoras debería leerse una advertencia: no usar si tiene usted problemas cardiovasculares. Estoy segura de que más de un infarto ha venido de la mano de una tostadora. Porque uno se asusta SIEMPRE! Da igual que creas que estás preparado, ahí plantado, mirando, esperando a que el pan salte en cualquier momento... Que cuando salta... Coño! Te asustas! Y eso por qué es? Yo tengo una teoría.

El cerebro humano está preparado para estar concentrado durante un período 'x' de tiempo. Donde 'x' es igual al Tiempo Que Tarda En Tostarse El Pan (TQTETEP) menos 1 segundo.

            X= TQTETEP - 1

Es decir, tú estás ahí con una única misión, esperar el pan. Lo tienes claro. Va a saltar... Va a saltar... Va a saltar... Hasta que se te acaba el tiempo de concentración y tu mente se dispersa... Y PUM!! Salta el pan! Y te asustas, claro.

Esta fórmula funciona, además, independientemente de lo rápida o lenta que sea la tostadora. Siempre te vas a distraer exactamente un segundo antes de que salte el pan. Es así.

También ocurre con los semáforos. Pero en este caso, la fórmula es distinta en función de si eres el primero o no. Si eres el primero, el semáforo se va a poner verde justo cuando dejes de mirarlo, un segundo después, aproximadamente, pero el susto te lo va a dar el capullo de detrás tocando el claxon, porque eso es lo que tardan en tocar el claxon: un puto segundo! Es ponerse verde, y la mano sale disparada hacia el volante MEEEEK!!



En fin, que no ganamos para sustos... Y seguro que hay más ejemplos en los que nuestra escasa falta de concentración nos juega malas pasadas... En mi caso, unos cuantos, pero entiendo que lo mío es grave...

12 de noviembre de 2014

Maltrato psicológico?

Leyendo el blog de Naar, una serie de recuerdos han venido a mi cabeza. Nos habla de una amiga suya que probablemente esté sufriendo un maltrato psicológico. Y yo, que creo haberlo sufrido también, me he puesto a pensar. No es muy subjetivo eso del maltrato psicológico? Hasta qué punto puede una afirmar haberlo sufrido? De hecho, cuando sale este tema siempre hay quien lo duda. Así que, como hago siempre, porque me encanta, me he ido directa a google. "Maltratador psicológico".

Uno de los primeros enlaces es un artículo del ABC que habla sobre "Cómo saber si tu pareja te maltrata psicológicamente". Y empiezan citando a Silvia Congost, psicóloga especializada en el tratamiento de la dependencia emocional, que dice: «Cualquier persona, bien sea hombre o mujer, que esté en una relación en la que su pareja le insulta, le falta el respeto, la denigra, o la humilla, es una persona que sufre maltrato psicológico...» TOMA YA!! Y yo pensando que era subjetivo! Soy tonta?! Es así de obvio, si te insulta, si te humilla, te está maltratando. De repente me he sentido imbécil por haber dudado. Pero se me pasa al seguir leyendo, puesto que me doy cuenta de que no es tan raro dudar.

El artículo menciona varias características de una relación con maltrato psicológico:

—Te anulan la autoestima: te dicen o te hacen sentir que no sirves para nada, que eres un o una inútil, te ningunean, te desprecian. Esto, a su vez, hará que no te sientas «capaz de irte», de acabar con aquello, puesto que piensas, ¿a dónde voy a ir?

—El maltratador/a te da órdenes que tienes que obedecer y sientes que no tienes ninguna opción de quejarte o de expresar disconformidad, porque va a ser peor.

—No te permite ser quien eres, hacer las cosas que te gustan, ir a los sitios que te hacen disfrutar.

—Te van alejando cada vez más de tu gente,te hablan mal de tu familia, de tus amigos, y de todos los que te quieren hasta que te quedas sola/o.

--Te juzgan: lo que tu haces, cómo eres, cómo hablas... Te llevan a que cambies.

—El maltratador/a te culpa de lo que sucede, incluso de cosas que te son ajenas, haciéndote responsable de todo lo malo que hay en su vida. Aunque sean cuestiones del todo irracionales.

Buf! Habiendo leído esto y reconociendo haber vivido todas y cada una de las características expuestas, mi pregunta es: por qué? Cómo es posible no ver algo tan evidente? Si hubiera leído este artículo del ABC en su momento, hubiera abierto los ojos? Me hubiera visto tan reflejada como me veo ahora? Probablemente no.

Qué por qué os pongo esto? Porque me ha gustado leerlo, porque me ha ayudado a sentirme mejor y porque ojalá alguien me hubiera abierto los ojos antes! Y porque este es mi blog y, como leí que decía Silvia una vez, al no haber aquí publicidad, no tengo que rendir cuentas a nadie de lo que escribo. Ni siquiera tiene por qué interesaros, puede ser simplemente una necesidad de expresar.

8 de noviembre de 2014

Amantes

Empezaron a besarse y les faltaban manos. Se abrazaban fuerte y él acariciaba su pecho, sus muslos. Ella acariciaba su espalda y agarrando su pelo, dejaba de besarle para mirarle una y otra vez, quería grabar en su mente esa imagen, ese momento.

No tardaron en desnudarse, les sobraba hasta la piel. Y húmedos y acalorados seguían besándose y acariciándose lento, alargando el momento. Les excitaba verse, olerse, rozarse... La mera presencia del otro despertaba en ellos deseo. Y se amaban. Y al deseo se unía la necesidad de complacer al otro.

Se besaron, se amaron y bebieron el uno del otro hasta saciarse. Se dijeron mil veces te amo y se miraron con pasión, con dulzura, con deseo, con picardía, con amor. Gritaron sus nombres, se mordieron, jadearon, se apretaron, se arañaron, se hablaron bajito al oído y hasta se insultaron. Y se durmieron abrazados, aún acalorados, queriendo más.

Así de intenso fue. Y así de intenso se amaron de nuevo al despertar.

6 de noviembre de 2014

Aprendiendo

Hoy he visto un vídeo que me ha emocionado. En la asignatura de Apoyo psicológico al paciente, nos proponían un vídeo sobre la vejez. Se trataba de diferentes ancianos contando su experiencia en una residencia.

He llorado lo que no está escrito, como una tonta. Y no penséis que de pena. He llorado de emoción. Eran ancianos dignos de admiración y me ha encantado escucharles.

Había uno, Esteban, que había ingresado en la residencia hacía un par de años. Él estaba perfectamente, pese a sus ochentaytantos, pero cuando ingresaron a su mujer por pérdidas de memoria, decidió que no podía vivir sin ella. Esteban contaba que él se había casado por amor y que, después de 64 años con su mujer, sin haber discutido ni un solo día, decía, no concebía separarse de ella. La mujer de Esteban murió al año de entrar en la residencia.

Pilar, una mujer de más de ochenta años, la mar de elegante, contaba que ella no se había casado nunca porque los hombres habían sido unos cobardes. Ella, que había pasado su adolescencia en Francia, volvió con la idea de convertirse en una mujer autónoma e independiente. Y lo consiguió. Se hizo modista y vivió muy bien gracias a su trabajo. Decía en el vídeo que en la residencia veía caras muy tristes, sobre todo en los días de fiesta, al no recibir visitas. Según ella, se ahorraba esos malos ratos porque ella no tenía a nadie. Es para llorar o no?

Y María, una señora que también estaba bastante bien, pero al ver que el ánimo de su marido que entró primero a la residencia, decaía, decidió entrar con él. Contaba, María, lo bien que estaban los dos desde que habían vuelto a juntarse.

Este vídeo me ha hecho considerar un ámbito del auxiliar de enfermería en el que no había reparado nunca antes, la geriatría. Decía la directora de una residencia de ancianos que allí los ancianos iban a vivir, no a morir. Y es una frase que me ha encantado. Quizás me plantee hacer las prácticas en una residencia... Es una idea que voy a madurar.

5 de noviembre de 2014

Once del once

El once del once sorteo extraordinario. Y tengo un número a medias. Eso quiere decir que si toca son 5 millones y medio. Bueno, quítale lo que se lleva hacienda y qué queda? Unos 3 millones?

Buf, yo lo pienso y tanto dinero me viene grande. Creo que me perdería. En serio, no sabría administrarlo. Además, el dinero pervierte. Y en lugar de darte paz, te vuelve codiciosa y avariciosa. Yo, hace un minuto, calculando lo que me quedaba después de repartir y de pagar a hacienda he pensado: "Sólo eso? Qué mierda!" Tres millones de euros me han parecido una mierda!! Cuando, en condiciones normales, si me encuentro un euro en el suelo me considero afortunada.

En fin, siempre pienso que lo primero que haría sería repartir. Uno no disfruta el hecho de ser rico si la gente a la que quieres no lo es. Porque, vamos a ver, si te apetece ir a comer fuera, por ejemplo, que podáis ir todos al mismo sitio. No vas a ir tú al Celler de Can Roca y tus padres al Mc Donalds... Rollo "Nos vemos para el café!". Queda feo. Así que lo dicho: primero repartir.

Luego invertir, está claro. Yo vi una vez un programa de gente a la que le había tocado la lotería hacía años y que ahora no tenían nada. Qué pena. Eso puede ocurrir. Así que hay que buscar la manera de que el dinero crezca. Cómo? Ese es el quid de la cuestión.

Lo que no hay que hacer es comprar pisos. De eso no hay duda. Eso es como hacer un agujero en el suelo y enterrar tu dinero.

Tampoco meterlo en un banco, estamos locos? Antes debajo del colchón!

Montar un negocio? Joder, es que entonces te conviertes en un esclavo y para ser rica así, yo paso!

Jugar en la bolsa? Vale, no, me ha entrado la risa nada más pensarlo.

Me compro un barco y doy la vuelta al mundo? Buf creo qué no, con lo que yo me mareo...

Me compro una autocaravana y doy la vuelta al mundo? Mmm... Soy rica, no? Quiero tener que mear en un wc de plástico y vaciarlo yo misma? Creo que no.

Doy la vuelta al mundo pero de guays? En avión y de hotel en hotel? De puta madre! Pero desde que ha salido la idea de la vuelta al mundo nos hemos ido del tema: se trataba de invertir! No de gastarse el dinero. Lo veis cómo me pierdo?!

Además, en eso de ir a dar vueltas por el mundo tenemos un problema: no sé yo cómo iba a conseguir que mi hijo llegara puntual al cole cada mañana...

Total, que siempre llego a la misma conclusión: creo que si me toca la lotería voy a seguir viviendo aquí (que ya está bien de tanta mudanza) y me lo voy a gastar en sexo, drogas y rock'n'roll. Hasta que se acabe. Y cuando se acabe, pues retomo mi vida donde la había dejado, que tampoco está tan mal, no?


3 de noviembre de 2014

El bicho verde

_ "Mama, yo salgo en tu blog?"

_ "Claro!"

_ "Y cuentas historias mías?"

_ "Sí"

_ "Y has contado aquella del bicho en la playa?"

_ "No, vida, esa no..."

_ "Pues yo creo que deberías contarla"

_ "Lo haré".


Mi hijo y yo vivíamos al lado de la playa. A dos calles. Todo un lujo, eh? Y cada tarde bajábamos un ratito a jugar en un parque infantil que hay en la misma arena. Estoy hablando de cuando mi hijo tenía un par de añitos, no más. Y para él, jugar era simplemente estar ahí, retozar en la arena y darle en la cabeza con la pala a otro niño de vez en cuando.

Una de esas tardes, estando yo sentada mientras mi hijo correteaba, veo a un grupito de niños, de 6 o 7 años, emocionados perdidos, detrás de un bicho. Esta escena puede no parecer rara, al menos no especialmente, puesto que a los niños siempre les han encantado los bichos. Pero es que yo no hablo de un bicho cualquiera. Qué va! Hablo de la madre de todos los bichos. El bicho más asqueroso y gordo del planeta tierra. Tengo incluso dudas de que no fuera extraterrestre. Yo creo que una libélula ve a ese bicho en su plato y se levanta de la mesa!

Era una especie de cosa voladora verde y gorda. Tan gorda que al volar no levantaba un palmo del suelo, de lo que le pesaba el culo al puto bicho. Y hacía un ruido en plan abejorro asqueroso... A estas alturas, si conocéis mi fobia a los bichos, podéis imaginar en qué situación me encontraba. Estaba total y absolutamente acojonada!! Con sudores fríos y todo, os lo juro.

Tal era mi pánico que ya ni estaba pendiente de mi hijo. No podía dejar de vigilar al bicho verde. Éste, perseguido por el grupito de niños (aunque yo no sé si el bicho era consciente de eso) iba dando saltitos por la arena. Zzzzzzzzzz... Zzzzzzzzzzzzz... Zzzzzzzzzzzzz... Zzzzzzzzzzzzz...

En una de estas, el bicho posado en la arena y sus adeptos haciendo un círculo a su alrededor, espectantes... Yo, con el corazón a mil por hora... Y el bicho no se movía. Nadie se movía. Hasta que mi hijo, no sé lo que le pasaría por la cabeza, sólo dios lo sabe, en el caso de existir (y en ese caso, me debe una explicación), se lanzo en plancha, boca abajo, justo encima del bicho.

Mira... Casi me muero!! Me levanté de un bote y yo creo que agarré a mi hijo y lo puse de pie antes de que tocara el suelo! Y bueno, el suelo no sé si lo tocó, pero el bicho estaba posado en su pecho, cual broche verde.
Describo la escena. Mi hijo de pie, con el bicho verde en el pecho y con carita de: "A esto cómo se juega, que no me he enterado?". Los adeptos, alrededor de él con cara de asombro por su valentía. Y yo: "QUE ALGUIEN SE LO QUITE, POR DIOS!! QUE ALGUIEN SE LO QUITEEE!!".

Al final, una señora que no sé de dónde salió, yo creo que era un ángel, se acercó tranquilamente, le dio un manotazo al bicho y me dijo: "Yo creo que no es para tanto, no?". Me acerqué a mi hijo y le abracé como si acabaran de rescatarle de entre las llamas. Llorando los dos, de alivio, de vergüenza, por empatía... Cada uno por lo suyo.

Le di las gracias a la señora, muy digna yo, y nos fuimos a casa. Jamás volví a ver al bicho verde. Yo creo que entendió que no era bien recibido y se volvió a su planeta. O murió del susto, que también puede ser.

1 de noviembre de 2014

Día de setas...

Hoy hemos ido a por setas. Pero no había. Era la segunda vez que iba y las dos veces he tenido la misma suerte. Ni una! Bueno, ni una, ponle cuatro o cinco, pero no más. Así que nos hemos pasado la mañana paseando por la montaña para nada.



Yo, si os digo la verdad, me fío de los demás cuando dicen que no había setas, porque yo no podía estar pendiente de eso. Bastante tenía con intentar no comerme ninguna rama, no resbalarme o tropezarme, no perderme, no llevarme por delante demasiadas telarañas... Vaya, estaba ocupada intentando sobrevivir y pasar la mañana lo más dignamente posible. Procurando no quejarme demasiado y borrando de mi mente la imagen de una cervecita fresca y unas patatas... Me encanta ir a por setas, ya lo veis! Jajaja Por no hablar de: "mama tinc set, mama estic cansat, mama aquest bolet què és? Mama i què dinarem? Mama! Mama! Mama! O_o

Después de la montaña, hemos ido a comer. Y esa sí que ha sido una aventura! Hemos llegado al restaurante a las dos y hemos salido de allí a las seis y media de la tarde! Y no creáis que es porque se ha alargado la sobremesa, no, no. Es que nos iban trayendo la comida con cuentagotas. Yo a las cinco y media aún no tenia mi plato. Creo que, mientras esperaba, me habré comido unos ciento diecisiete trozos de pan. Mínimo! Y menos mal, porque luego no me han traído lo que yo había pedido! De verdad se parece tanto "con patatas fritas, por favor" a "póngame un revuelto de setas gomosas y viscosas con ajo"??? Yo creo que son dos frases totalmente diferentes. Pues no, yo he dicho una y el camarero ha entendido la otra. Lo que son las cosas.

Pero, a pesar de todo, me lo he pasado muy bien. En la montaña nos hemos reído y hemos respirado aire fresco un rato que, de vez en cuando es necesario. Y en el restaurante hemos disfrutado de la compañía y, cuando por fin ha llegado, de la comida. Además, nos han invitado a cava y panellets por las molestias.

Yo me apunto a otro sábado como este. Sin dudarlo.
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