24 de julio de 2017

Gordibuena

Con el tema este de la aceptación que me ronda últimamente, he leído mucho al respecto en internet. Hay un montón de páginas sobre autoestima, feminismo, moda, depilación... Orientadas, la mayoría, a ese nuevo sector creciente de la población que tan de moda se está poniendo ahora: las gordibuenas! También llamadas curvys.

Internet está lleno de gordibuenas en toda clase de posturas, en bikini, minifalda, shorts, enseñando tripa... Dándote consejos para ser una gorda feliz y realizada. No hacen "apología de la obesidad", aclaran, pero sí del respeto y del amor propio.

Tanto he leído que he aprendido un huevo. Y he llegado a una conclusión: no soy una gordibuena. Ni ganas de serlo, también te lo digo.

Una gordibuena está gorda, pero proporcionada. Puede tener el culo como un pandero, pero tendrá cintura y un pecho descomunal. No hay gordibuenas sin tetas, o con pistoleras, o con el culo carpeta. No, no. Si las hay, a esas no les hace nadie fotos.

Una gordibuena está gorda, pero tiene una cara monísima. O en su defecto va maquillada como una puerta. Se ve que si eres gorda y encima fea pues apaga y vámonos!

Una gordibuena va vestida a la moda. Es muy importante!! Sabe sacarse partido y disimular defectos. Conoce todos los trucos para parecer lo más estilizada posible. Una cosa es estar gorda y otra que no se vea interés por disimularlo.

Una gordibuena no come más de la cuenta. La mayoría se justifica alegando una enfermedad o transtorno. Ninguna de ellas merece estar gorda, lo están por error. Es más, hacen ejercicio por lo menos un par de veces por semana. Por salud, porque les encanta y porque el objetivo es dejar de estar gordas, obviamente.

Así que, como os decía, yo no soy una gordibuena. Yo soy una gorda y punto. Y lo soy porque como más de la cuenta. Y como más de la cuenta porque tengo hambre. Y si empiezo una bolsa de pistachos, me la acabo. Y si me acabo la cerveza y me quedan tres pistachos, me abro otra. Otra cerveza, pistachos con una bolsa tengo más que suficiente.

Y no voy al gimnasio. No me apetece, me da pereza, me aburre.

Y no me maquillo. No sé. Y no me visto a la moda. No sé. Y lo más importante: no quiero aprender.

Insisto en que se trata de quererse tal y como uno es. No de ser aceptado por una sociedad enferma llena de normas estúpidas y vacías.

No quiero adelgazar. No quiero ser una gordibuena. Me quiero querer.

23 de julio de 2017

Me quiero querer

Me he engordado, sí. Pero por primera vez en mi vida no me quiero adelgazar. Me quiero querer.

Quererse no es hincharse a donuts. Pero tampoco es pasarse el día en ayunas para cenar sólo un tomate.

Quererse es poder mirarse al espejo sin sentir desprecio.

Quererse es querer también cada arruga, cada michelín, cada estría.

Quererse es asumirse. Soy madre y tengo casi 40 años.

Quererse es poner la sonrisa por delante. Y que no se borre por culpa de una talla de pantalón.

Quererse es comerse un postre, porque está muy rico y porque te lo has ganado.

Quererse es saberse sexy porque tus ojos saben lo que tus labios no cuentan y te sabes bella y te sabes MUJER.

Quererse es reírse a carcajadas y follar sin prisa.

Quererse es disfrutar de tus hijos, del sol, de una conversación con él...

Para quererse no hace falta estar delgada. Ni ser nada. Sólo estar. Sólo ser.

Por eso yo no me quiero adelgazar, me quiero querer. Y aprenderé.

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