30 de octubre de 2015

Prácticas

He empezado las prácticas como auxiliar de enfermería. Sólo llevo dos días y ya me estoy empezando a enamorar de esta profesión.


Estudio a distancia, así que por más interesante que pudiera parecerme, hasta que no lo he visto de cerca no he tenido ni idea de lo que valía un peine. Además, a mi alrededor la mayoría de comentarios eran de desánimo: "Uy, yo no podría!", "buf, estás segura?", "Es que... Limpiar culos..."

Pues bien. Ya he limpiado culos. Y lo que no son culos. He visto sangre, caca, vómito, mocos, heridas infectadas, pañales, empapadores... He visto casi de todo. Y la imagen que no puedo borrar de mi mente es la media sonrisa de Pepita.

Pepita es muy mayor y no puede prácticamente hablar ni moverse. Lleva una sonda y un pañal, y una raja desde la cadera hasta la rodilla llena de grapas que no para de sangrarle. Hoy hemos estado más o menos una hora puteándola. La hemos desnudado, lavado de arriba abajo, cambiado la sonda, curado la herida de la pierna... Le hemos puesto un pañal límpio, un camisón y sábanas límpias... Y al terminar, he mirado su carita llena de dolor, le he cogido la mano y le he dicho: "Ya está, Pepita, ya está... Ya la dejamos descansar." Y ella me ha apretado la mano muy muy poquito y me ha regalado una media sonrisa, como queriendo consolarme ella a mí!!

De verdad que me llevo mil imágenes a casa y en ellas no hay nada escatológico. Estoy aprendiendo mucho a nivel humano. Cómo me alegro de haberme liado la manta a la cabeza y haber intentado un cambio de rumbo como este!
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