31 de julio de 2014

Es mi novio!




Os ha pasado alguna vez que hay lugares en los que os sentís como en casa? Yo me siento así en el restaurante en el que trabaja mi chico. Me encanta estar allí. Es un sitio con mucho encanto, bohemio y mi alma de escritora (que la tengo, no os riáis!) siente que está en su ambiente.

Además de ser un sitio precioso, cada dos por tres hay música en directo. Y si no, es mi chico el que acaba en el escenario. Sí chicas: canta, cocina... Es una alhaja! Total, que si no estoy en mi casa, estoy en el Faristol, que es como se llama el restaurante. Y fue ahí donde dije la frase que me va a acompañar, si no toda la vida, al menos durante un tiempo.

Una noche, estábamos tomando copas con unos amigos y, para variar, mi chico acabó en el escenario. A parte de nosotros, había un grupo de chicas al fondo. Todos sabemos el peligro que tenemos las mujeres saliendo solas de fiesta. Estaban como locas aplaudiendo y gritando mirando al escenario.

Me levanté para ir al baño, y al verlas a todas así, entusiasmadas, me invadió una oleada de orgullo (llevaba ya unas copas), y con la mano en el pecho, dije: es mi novio! Una de ellas me felicitó chocando los cinco conmigo, otra puso la mano en su pecho también y asintió con cara de "qué suerteee", hubo una que yo creo que hasta se emocionó, de verdad, fue un momento muy bonito, que queréis que os diga. Me fui al lavabo con una sonrisa enorme.

La sonrisa la perdí al volver del lavabo. Mis amigos se estaban partiendo de la risa. "Es mi novio! Es mi novio! Jajajja estás meando para marcar territorio, eh?" Y yo: "que nooo, que no es esooo, que era orgullooo". Y ellos: " sí, sí, lo que tú digas jajajaja".

De eso ya hace mucho y aún ahora, cada vez que sube mi chico a cantar, hay alguno que pone la mano en su pecho y dice: "es mi novio". A veces, contesto: "envidia pura, porque es mi novio y no el tuyo!", "oye, que yo lo conocí antes que tú y no lo quise como novio!" , "mira chico, habría que ver quién no quiso a quien". Un buen rollo...

A veces, ni siquiera dicen nada, solo con poner la mano en el pecho hay suficiente. Siempre está el que no sabe de qué hablamos y hay que explicárselo: "Verás, es que un día solté toda orgullosa que era mi novio y estos no me lo perdonan". "Ooh, qué bonito, cuánto lleváis? Tan poco? Claro, eso es al principio..." Ahí me dan ganas de contestar: "Te crees que no sé cómo son los principios? Tengo 36 años, esta no es mi primera relación, y precisamente por eso quiero disfrutar este principio más que nunca!" Pero en cambio, digo: " Ya... " Más que nada porque MI NOVIO está cantando y no quiero perdérmelo por dar explicaciones!!

El caso es que, insisto, fue orgullo. Me encanta verlo ahí en el escenario. Y no sólo a mí, que somos muchos los fans. Y sé que mis amigos me lo dicen con cariño. Y nada, que eso, que es un artista y es mi novio!!

6 comentarios:

  1. ¡¡AH!! ¡Qué bonito, Telma! ¡Ese orgullo es de lo más genial! Y sí que es guapo :D

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  2. Sacar orgullo por la persona que tienes al lado es otro detalle de complicidad, o al menos yo lo entiendo así.

    Y bueno, todos sabemos cómo son los comienzos, sí. Los comienzos son donde todo es posible y donde flotas durante 25 horas de las 24 que tiene el día. Donde tienes una indigestión de mariposas que no quieres que acabe. ¿Y qué es lo que ocurre? ¿Por qué no se puede seguir un comienzo eterno? He pensado mucho en ello y he llegado a una conclusión que, al menos para mí, es válida. La tendencia a acomodarnos, la tendencia de considerar seguro lo que tenemos, hace que vayamos prestando más atención a las prisas, al estrés y a todos los factores externos de esta vida de circo moderno en la que hemos sido puestos. Y es justo lo que hay que evitar. Hay que decir ¡Es mi novio!, con orgullo. Hay que decir "te quiero", aunque tú sepas que el otro lo sabe, pero "te quiero, para que no se te olvide". Hay que presentarse con un detalle como un desayuno en la cama o cualquier otra cosa, no hace falte que venga envuelto en papel de El Corte Inglés. Y eso sólo se consigue con voluntad. Y a esa conclusión he llegado. Perdemos la voluntad cuando damos por segura una cosa y parece que olvidamos todo el empeño que se puso en su conquista.

    Disfruta y grita ¡Es mi novio" y ponte la mano en el pecho. Quizá, les muestres el camino a esos que se ríen de este tipo de cosas.

    Enhorabuena.

    Que tengas un buen fin de semana ^_^.

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    Respuestas
    1. Tienes mucha razón. Hay que procurar que este principio no acabe...

      Besos!

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  3. Sí, damos por seguro cuando nada es seguro. Pero como es cosa de voluntad, se pueden tener muchos principios :)

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