27 de enero de 2010
Un día... en paro (tercer round)
Un cigarro antes de entrar. Pero disimulando, no quieres que te vea el monitor. Y subes las escaleras para llegar al vestuario preguntándote quién te mandaría a ti! Pero ahí estás. Porque hacer ejercicio es sano. Porque libera endorfinas. Porque quemas adrenalina. Y porque la alternativa es quedarte en casa limpiando. Y eso sí que no! Así que te cambias, te recoges el pelo, toalla, botella de agua y pa' dentro. El monitor te saluda con cara de sorpresa. Pobre, se sigue sorprendiendo de que no faltes ni un día. Te has animado? Sí, aquí estamos. Y procuras sonreír, al fin y al cabo no cuesta nada. Y te subes a la elíptica. A tu lado, una mujer de unos... 100 años? está pedaleando a un ritmo que no puedes evitar pensar que si fueran bicis reales, tu a esa mujer no le veías ni el pelo!! Pero qué desayunan los jubilados? Coca? Además, no sudan! Tú llevas 8 minutos y estás sudando hasta por la rabadilla. Así que a los 10 minutos paras. Calorías quemadas: 50. Un café. Vaya mierda. Y te sientas a remar un rato. Aquí no sudas tanto. Tu corazón de fumadora empedernida ya ha tenido bastante por hoy. Pero ay tus piernas. Ellas que desde los 14 no hacen más esfuerzo que el de pisar los pedales de tu coche... 10 minutos más y ya. Y ahora? Pues ahora máquinas. Y empiezas por los glúteos. Por empezar por algo. Si tú ya no crees que haya mucho que hacer, pero por algo hay que empezar. Y después abductores. Esa máquina tiene delito. Ahí espatarrada, como cuando vas al gine, abriendo y cerrando las piernas. Y una a una, recorres todas las máquinas del gimnasio. Joder, tú vas para pasar el rato, pero ya que estás, que se vea interés, no? Después de una hora y media, te despides del monitor y te vas al vestuario satisfecha. Sí, no puedes con tu alma, pero sientes que eres la polla. Y volverás mañana contra todo pronóstico del monitor, como cada día. Quizás al final no acabes así de agotada... O quizas encuentres trabajo antes de llegar a eso. Ojalá. Pero algo te dice, que al ritmo que van las cosas, te haces gimnasta olímpica antes de que te dejen vender escobas donde sea. En el vestuario empiezas a desnudarte intentando pasar lo más desapercibida posible. Tú a lo tuyo, ya sabes, como si tuvieras prisa. Y entras en esas duchas comunitarias que odias. Y ahí estás, rodeada de mujeres desconocidas desnudas que, no contentas con eso, te hablan!! Y pretenden que comentes las jugada ahí, en pelotas! Y tú, sonríes y te duchas lo más rápido que puedes y te envuelves en la toalla. Y entonces vale, si hay que hablar se habla. Si a ti te encanta! Y escuchas la vida de una y le cuentas tu vida a la otra, mientras te secas el pelo y pones en órden todas tus cosas que, sin saber cómo, han acabado esparcidas por todo el vestuario. Y te despides la mar de contenta y te vas. Mañana más. Tercer round.
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