7 de febrero de 2013

Resulta que ahora ya no fumo!!

     Empecé a fumar a los 14 años. Y, como no tengo término medio, y soy compulsiva con casi todo lo que hago, desde el principio empecé fuerte, fumando como una carretera. Por qué empecé? Pues para ser más guay, por supuesto! Y, lo conseguí? Claro que lo conseguí! Pero a qué precio...

En todos estos años, sólo lo dejé durante mi embarazo. Me daba la sensación de que fumar en ese estado, equivalía a coger a mi bebé y tirarle el humo directamente a la cara, y mi conciencia no me lo permitía. Me moría de ganas, pero no fumé ni un sólo cigarro durante el embarazo. Ni uno solo. Hasta el mismo día en que parí. Ese día, con el camisón aún manchado de sangre (escatológico, lo sé), salí a las escaleras de emergencia del hospital y me fumé un cigarro que me supo a gloria. No le di el pecho a mi hijo, así que ese fue el primero de muchos. Hasta ahora.

Hace 10 meses que no fumo. Estoy bien. Contenta y orgullosa. Aunque enooorme, pero feliz por haberlo conseguido. Ya no pienso en el tabaco prácticamente nada. Soy una puta foca no fumadora encantada de la vida :) Pero hoy he releído un escrito mío de cuando sólo llevaba un mes sin fumar y no puedo creer que lo haya conseguido con lo desesperada que estaba! Aquí os lo dejo:




Resulta  que ahora ya no fumo!!

Y os parecerá una tontería, pero no lo es. Por ejemplo, me aconsejaron escribir para matar la ansiedad, pero… Escribir? Sin fumar? Estamos locos? Acabo de sentarme delante del ordenador para escribir lo mal que llevo esto de no fumar y antes de sentarme he puesto el cenicero a mano! Pero no: resulta que ahora ya no fumo.
Y es que yo vivía como cualquier fumador empedernido feliz. Es decir, sabiendo que el tabaco podía matarme en cualquier momento, apestando a cenicero sucio y tosiendo como un perro todas las mañanas, pero…Oye… Feliz!! Porque si me venía a la mente cualquiera de estas cosillas sin importancia, me fumaba un cigarro y se me pasaba el disgusto.
Ahora no. Ahora me despierto por la mañana y busco el tabaco… Pero no: resulta que ahora ya no fumo. Bajo, me hago un café y busco el cenicero, pero no: resulta que ahora ya no fumo. Me ducho, me visto y antes de despertar a mi hijo me digo: primero un cigarro, pero no: resulta que ahora ya no fumo. Despierto a mi hijo, me peleo con él para que se vista, para que desayune, para que se suba al coche, para que baje del coche, para que no se pelee en la fila del cole. Y le digo adios con una sonrisa y pienso: por fin! Un cigarrito? Pero no: resulta que ahora ya no fumo. Voy a ver a mi madre y está fumando. Anda mira, tabaco… Pero no: resulta que ahora ya no fumo. Viene mi marido a comer y está fumando. Anda mira, más tabaco… Pero no: resulta que ahora ya no fumo. Veo un rato la tele. Veo tabaco, comida, comida, tabaco, tabaco y comida y mas comida y tabaco otra vez… Pero… Resulta que ahora ya no fumo. Apago la tele, qué aburrimiento, qué hambre y qué ansia… Pero?? Pues eso, RESULTA QUE AHORA YA NO FUMO ( a estas alturas ya me lo digo gritando). Voy a buscar a mi hijo y ahí en la puerta del cole mis amigas. Fumando. Claro. Pero RESULTA-QUE-AHORA-YA-NO-FUMO (aquí ya añado pausas dramáticas entre palabra y palabra). Me peleo con mi hijo por la merienda y para que meriende. Sin fumar. Me peleo con mi hijo para que no se enfade con sus amigos. Sin fumar. Escucho a mis amigas, mejor dicho, las veo mover los labios sin tener ni puta idea de lo que dicen porque sólo veo humo , sólo pienso en humo, pero: resulta que ahora ya no fumo. Llego a casa, me peleo con mi hijo para que haga los deberes. Sin fumar. Me peleo con mi hijo para que se duche. Sin fumar. La perra, de los celos, se mea en el sofá por milésima vez. Echo la funda a lavar, limpio el sofá como puedo, me cago en la peste a pis del sofá… Eh! Pero sin fumar. Hago la cena del niño. Le doy la cena al niño. Me peleo con el niño para que cene. SIN FUMAR (ya estoy tocando fondo otra vez). Respiro hondo. Acuesto a mi niño. Espero a mi marido. Me muero de hambre. Sin fumar. Con ganas de llorar, sí, pèro sin fumar. Y llega mi marido y está fumando… Y hago la cena y después de cenar no fumo. Y vemos la tele y más tabaco y más comida y más tabaco… Y yo sin fumaaaar. Y… Un cigarro y a la cama?? Maldita frase. Y ya en la cama… Pues tampoco. Porque RESULTA QUE AHORA YA NO FUMO!!
Y me estoy engordando a un ritmo bárbaro!! Y no puedo dormir!! Y me duele la boca ya de los putos chicles! Y estoy triste e irascible!! Y todo porque resulta que ahora ya no fumo.
Desde luego, entiendo lo orgullosos que están de mí todos mis amigos fumadores… Y también los ánimos que me dan todos aquellos que no han fumado nunca. Sí, sí. Lo entiendo perfectamente… JA!
Lo único que me anima a seguir con esta tortura, y lo digo en serio, de corazón, son los ánimos de los que lo habéis conseguido. Me hacéis sentir que es posible. Sois mi esperanza. MUCHAS GRACIAS. Espero conseguirlo… Pero no prometo nada…

4 comentarios:

  1. Ay Telma! Con el puto cigarro en la mano mientras leo tu post.
    Jaja, me hace gracia, porque es la palabra que yo utilizo para definirme, con el tabaco y con todo lo demás: compulsiva, ese es el problema.
    Durante el embarazo seguí fumando, poquito, muy poquito, pero me dijo la comadrona que en mi caso la ansiedad de no hacerlo iba a perjudicar más al bebé que el propio tabaco, ese día la hubiera besado en la boca.
    Tampoco le di el pecho, a la mañana siguiente de parir allí estaba yo en las escaleras del Hospital (eran otros tiempos) con dos amigas fumando como un carretero.
    Después de un adenocarcinoma en el cuello del útero (para que me hablen a mí de problemas de salud, no te jode) y aunque no lo había provocado el tabaco, lo dejé, me acojoné viva, y no quería que el tabaco me bajara defensas. Las pasé putas, exactamente tal y como tú lo has descrito, todas mis faenas se hacían entre intervalos con el cigarro en la mano, me puse como una bolita, en fin, que te voy a explicar que tu no sepas.
    Después de dos años y medio sin fumar, y cuando todo estaba superadísimo volví ¿porqué? Basicamente porque soy imbécil. Conclusión: Enhorabuena! felicidades! me alegro un montonazo, y sobre todo, no bajes nunca la guardia, esto es un poco como ser alcohólicos, dejas de beber pero tienes que estar vigilando el resto de tu vida para no recaer.
    Yo cualquier día le echo huevos y lo intento otra vez.
    Besazos

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  2. Sé que puedo volver a caer en cualquier momento... Y me daría una rabia...

    En fin, gracias por pasarte por aquí, guapa :)

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  3. :) nunca he fumado; pero una noche hace como tres años, estaba tristísima, desconsolada del tipo de "vacía por dentro", había habido un drama monumental, y pensé en fumar un cigarro. Le habré dado unas cinco fumadas, y sentí que me llenaba el pecho de humo. A lo mejor fue nada más la idea, pero eso sentí, y entendí porque fuma la gente, al menos alguna gente, la que esté sola: el humo llena el vacío.

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