Una vez me dijeron que las cosas que no se dicen se convierten en caries. Y yo no sé si escribirlas vale, pero por si acaso, por no quedarme esto dentro, lo voy a soltar por aquí:
Gemma, Rosa... QUÉ ME DECÍS AHORA?? EH? EH?!
Gemma y Rosa fueron las profesoras de mi hijo en cuarto y quinto respectivamente. Y es que si las tuviera delante ahora mismo, dios sabe todo lo que les diría!!
Resulta que ninguna de estas dos tipas tenía la más mínima fe en mi hijo. Me llegaron a decir lindezas tales como: "Menos mal que se le da bien dibujar, hay que explotar eso porque no va a hacer nada más" (Gemma).
Las dos estaban convencidas, cada una por lo suyo y a su manera, de que mi hijo era un tonto maleducado que jamás conseguiría nada.
Bueno. A mí jamás me convencieron. Yo siempre supe que mi hijo era capaz de conseguir lo que él se propusiera. Pero no es fácil deshacerte de una etiqueta. Y David llegó a dudar de si tenían razón.
Hasta hoy. Hoy quiero gritarles a Gemma, a Rosa y al mundo entero que mi hijo ha acabado la primaria con NOTABLES!! Y no uno, ni dos, ni tres... Sino 7!!
Hemos conseguido que confíe en sí mismo y en sus posibilidades. Y ha demostrado que no nos equivocábamos al apostar por él a pesar de tanta incompetencia por parte de sus profesoras.
Gracias a Imma, su profesora de sexto, por ver más allá de una etiqueta.
Gracias a ti, mi amor, por ser un apoyo tan grande.
Gracias a ti, David, por ser un niño tan guay. Estoy muy orgullosa de ti. Nunca he dejado de estarlo.
¡Felicidades! :)
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